Ensimismado, en un lobrego cuarto, somnoliento, falto de candor, se vio recogido en su alma cautivando su propia desgracia, reflejó dos pensamientos en un cristal, la ignorancia lo hacia ver su confuso pasar, adormecido de libertad, prisionero de sus hechos, responsable mas no habia, que su propio pensar. Abrio los brazos, se arrimo junto a la pared para oler el silencio y al abrir los ojos, cayo una ultima lagrima, que rejuvenecio su avejentado rostro, apretó fuerte a su compañera y entre las sabanas, conteplo su rostro hasta el ultimo suspiro.
Sunday, May 18, 2008
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